En nuestra vida diaria, realizamos muchas transacciones financieras. Compramos comida para la semana, pagamos por el servicio de Internet, incluso publicamos en los servicios de Google Pay para realizar pagos desde Play Store. Aquí es donde usamos nuestras tarjetas de crédito ya que son la opción más cómoda para este tipo de situaciones.

Asimismo, estas tarjetas también influyen en nuestro nivel de consumo. Bueno, al tener un límite de crédito alto, estamos tentados a aumentar nuestros gastos. Este no es necesariamente algo malo. Pues esta opción nos puede sacar de cualquier apuro. En este artículo, explicaremos las diferencias entre una tarjeta de crédito y una tarjeta adicional.

¿Qué es una tarjeta adicional?

Puede pertenecer a ese grupo de personas a las que no les gusta compartir el acceso a sus finanzas con sus seres queridos u otra persona. Bueno, es por eso que realmente no entiendes de qué se trata esta tarjeta. A partir de ahora, la tarjeta adicional es un instrumento que permite acceder al crédito de una tarjeta de crédito.

persona que cancela la cuenta con una tarjeta adicional

De esta forma, se pueden realizar los mismos tipos de transacciones en cuanto a compras. El titular de la tarjeta adicional es diferente al de la tarjeta de crédito y por supuesto el acceso a sus modificaciones está totalmente restringido. Pero de la misma forma, el objetivo de la tarjeta adicional es permitir que una persona acceda a un crédito del que no dispone.

Además, una cosa que debemos dejar muy claro es que el titular de la tarjeta de crédito es quien solicita la tarjeta adicional y solo él o ella tiene que cumplir con la ley para el crédito de esta tarjeta adicional. La otra persona queda totalmente exenta de cualquier responsabilidad con respecto al crédito en cuestión.

¿Cuáles son las diferencias entre una «tarjeta de crédito» y una «tarjeta adicional»?

Hay varias diferencias que hacen que estas dos cartas sean inconfundibles. Sin embargo, también hay aspectos en los que funcionan igual, de estas similitudes hablaremos primero. Ambas tarjetas se utilizan para realizar pagos, independientemente de la modalidad de la misma, ya sea electrónica o presencial.

Asimismo, el nombre que aparece en la tarjeta es el titular de la tarjeta. Por lo tanto, puedes usarlo en cualquier lugar, incluso puedes sacar dinero de un cajero automático.

Por otro lado, los aspectos que diferencian estas dos cartas se basan en la responsabilidad económica. Es decir, quién es responsable ante el banco por el crédito otorgado. La respuesta a esta pregunta está en el titular de la tarjeta de crédito. Esta persona es la que contrata al banco para aceptar el crédito en primer lugar.

En segundo lugar, también es él quien solicita la tarjeta adicional para la otra persona. Esto significa que incluso si alguien más está realizando pagos, el titular de la tarjeta de crédito será responsable de todos esos pagos. Incluso es él quien pide un aumento en los límites de la tarjeta de crédito y la tarjeta adicional.

¿Quién puede tener una tarjeta adicional?

Cualquier persona mayor de 10 años puede tener una tarjeta adicional siempre que el titular del crédito lo autorice. Otro requisito a tener en cuenta es que debe existir una relación de consanguinidad entre los dos propietarios, esto también incluye a las parejas casadas.

personas con una tarjeta de crédito adicional en la mano

Todas estas personas pueden acceder a una tarjeta adicional, pero es muy difícil otorgar este privilegio. Por eso la persona con la tarjeta adicional debe ser de confianza.

Entre los usos más frecuentes para solicitar este carnet se encuentran los estudiantes universitarios. Estos jóvenes constituyen la principal población que posee estas tarjetas. De la misma forma, también hay familiares que se encargan de las compras de otro familiar anciano.

Otro caso similar es el de las personas con discapacidad o que no pueden realizar sus propias compras debido a una discapacidad. Por lo tanto, la persona autorizada es libre de realizar compras cuando sea necesario.

Por último, encontramos parejas que comparten las responsabilidades de hacer recados en la casa, aunque los dos no generan ingresos. Este último caso es el que más conflictos genera.

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