Son el dulce de Pascua por excelencia, con una historia que se remonta siglos atrás. Y son muy fáciles de hacer en casa. Con la ayuda de nuestros amigos de El Riojano, te enseñamos a preparar las mejores torrijas. Además de endulzarte las fiestas, te darán un buen chute de energía.
Pero antes, un poco de historia. Aliter dulcia («plato dulce») era el nombre que los romanos daban a un postre muy parecido al que podemos degustar hoy. Se elaboraba con galletas de trigo, leche, aceite y miel. En España, la primera referencia a las torrejas -así se llamaban entonces- es del siglo XV. Como seguro que sabe, el plato consiste en rebanadas de pan mojadas en leche o vino, pasadas por huevo y fritas. En aquella época era costumbre ofrecérselas a las mujeres que acababan de dar a luz, ya que se les atribuían propiedades reconstituyentes. Es posible que su asociación con la Pascua comenzara porque se hacían para aprovechar el pan sobrante de la Vigilia Pascual. Por otro lado, hay quien dice que fueron las monjas las que popularizaron el plato en Semana Santa, para llenar el estómago tras la abstinencia con una pequeña cantidad de comida que, sin embargo, llenaba bastante. A principios del siglo XX, ¡pasaron a las tabernas! En Madrid, era habitual comerlas en el bar, acompañadas de un vaso de vino.
Receta Torrejas: Un delicioso giro a las torrijas
Este postre se ha ganado un lugar predominante en la gastronomía andaluza y ha sido tal su éxito que se ha extendido al resto del país que ya se han hecho más de doce millones de torrijas.Uno de los placeres más genuinos es levantarse el Domingo de Ramos con la familia, tomar el sol y hacer torrijas en familia. Pero eso no significa que no puedas tomarte otra en compañía de un amigo en una cafetería, ¡porque también hay que apoyar a la hostelería!
En caso de que no encuentres la receta de la abuela, te damos la nuestra para que la mejores a tu gusto. También te recomendamos algunos experimentos que hemos hecho en el pasado y que, en nuestra opinión, tienen bastante éxito.
A nosotros nos gusta el típico pan hecho con harina, su sabor y aroma es lo más parecido al pan que hacía mi abuela y la textura que le da a las torrijas es lo que más nos convence, ¡pero esto es muy subjetivo!
Remángate: pon la leche en un cazo a calentar y añade la leche, la rama de canela y la ralladura de limón, pero ten cuidado sin la parte blanca porque es amarga. Lleva la solución a ebullición, retira la tapa y espera a que baje la temperatura.
RECETA DE TORIJAS – EL DULCE MÁS TÍPICO
Nos sirvieron torrijas en una boda española. Me sorprendió mucho que este postre tan sencillo, parecido a las torrijas, se sirviera en una boda. Al igual que para las torrijas, primero se moja el pan viejo en leche y luego se pasa por huevo antes de freírlo con un poco de aceite de oliva en una sartén. Sin embargo, cuando nos sirvieron estas torrijas en la boda, mi marido se emocionó tanto que llegó a comerse dos raciones a pesar de que antes nos habían servido un sinfín de platos. Estoy segura de que la sencilla torrija se hizo aún más especial, se sustituyó la leche por nata espesa y se utilizó pan casero. Las torrijas españolas se sirven normalmente durante la cuaresma, se intenta ofrecer algo que llene aunque sea sencillo y simple.
Cuando hojeaba mi libro de cocina favorito de Uruguay «Nuestras recetas de siempre» de Hugo Socca, me topé con las torrejas. Por fin entendí por qué siempre me confundía cuando veía esta palabra en España. No me pregunten por qué, pero en Uruguay este plato se llama torrejas mientras que en España se llama torrijas. El procedimiento es muy similar, el pan viejo se remoja en leche, se moja en huevo y luego se fríe, al final se espolvorea con canela y azúcar. Sin embargo, los uruguayos parecen estar abiertos a otros tipos de grasa. Mientras que la torrija española se fríe tradicionalmente en aceite de oliva, en Uruguay se puede encontrar alegremente manteca de cerdo, mantequilla u otro tipo de aceite. La principal diferencia entre las torrejas y las torrijas es el hecho de que serán más húmedas, ya que primero se quiere que el pan absorba toda la leche. Los huevos no desempeñan un papel tan importante. En Uruguay se puede encontrar este plato servido con el caramelo de leche llamado dulce de leche, mientras que en España la miel sería más común. Como se puede ver en mis fotos, los comimos solos con unas pocas frambuesas y nos parecieron suficientemente buenos.
Cómo hacer torrijas de Pascua
Sasha es editor culinario senior en Serious Eats. Cuenta con más de una década de experiencia profesional en la cocina, tras haber pasado por varias cocinas de restaurantes muy prestigiosos y galardonados, y años de trabajo en cocinas de prueba para publicaciones gastronómicas.
Eran completamente diferentes de la iteración que comí en el País Vasco, pero igualmente deliciosos. La capa de huevo frito era delicadamente masticable en comparación con la crujiente capa de azúcar de la torrija quemada, y el centro tenía una estructura blanda más parecida a la de las tostadas francesas que requería un poco de fuerza en la muñeca para cortar el pan con un tenedor, en contraste con el interior de crema pastelera que se podía comer con cuchara. Era más bien un tentempié dulce de media tarde, mientras que el Elkano era un postre en toda regla.
Para entender mejor qué era qué en el mundo de las torrijas, me puse en contacto con dos chefs españoles, el barcelonés Marc Vidal, de la Boquería de Nueva York, y el chef Anthony Masas, que cocinó durante años en El Bulli antes de trasladarse a la República Dominicana, donde ahora es director culinario del complejo Casa de Campo. Ambos confirmaron mi corazonada de que las torrijas fritas en aceite de oliva que comí en Madrid eran más tradicionales; por supuesto, no hace falta ser un sabueso culinario para sospechar que antiguamente no se rescataba el pan duro con cucharadas de espuma de leche y sopletes. Pero ambos chefs prefieren el método más moderno para preparar las torrijas en sus restaurantes; freírlas en aceite de oliva es caro y requiere un espacio y personal de cocina dedicados, lo que no es lo más práctico para los establecimientos que no son conocidos como la «Casa de las Torrijas».